La Relatividad General explica el macro mundo, aquel que podemos ver, oír y oler. Aquel que
es nuestra experiencia vital, la nuestra y la de cualquier otra forma de vida.
La Mecánica Cuántica intenta explicar el micro mundo sub atómico; aquel que es la base fundamental de la estructura del otro mundo mayor.
Uno cabalga sobre el otro, pero no son lo mismo, no son iguales.
En este mundo íntimo de la materia-energía, pequeñas entidades cuánticas, como fotones, por ejemplo, hacen cosas que no deberían, y no hacen cosas que deberían hacer. Por ejemplo, algo que llaman tele portación, esto lo hacen a través de un fenómeno llamado “Quantum Entanglement” (Enredo del Cuántum). Estas partículas de luz pueden unirse, crear nexos e intercambiar “Quantum Bits” de información (qubits). Una vez que estas partículas están “entangled”, continúan intercambiando información sin importar lo separadas que estén en el espacio, y quizás en el tiempo también; instantáneamente, superando la velocidad de la luz. ¡¿?!
En la cosmogonía que a veces usamos aquí, utilizamos una Totalidad mono-universal (un solo universo) en oposición a una Totalidad multi-universal, que solo complica las cosas. Consideramos que el universo tuvo un principio, que precisamente es también, el principio del tiempo.
Nos interesa el estado pre-creación, pre-bigbang. Por tanto nos interesa la eternidad.
Imaginamos que en eternidad existe el concepto abstracto de tiempo, también el concepto abstracto de Singularidad.
Aceptamos la existencia de La Eternidad y del Universo Temporal Físico. Esa es La Totalidad.
La Eternidad no comienza ni termina, el Universo si. En la primera no existe el tiempo, el segundo se caracteriza por su tiempo que transcurre.
Por todo lo antes dicho tuvo que haber ocurrido un momento de Creación Temporal-Físico.
Eternidad y Espíritu son sinónimos. La Creación es la creación del tiempo concreto, comienza a transcurrir, por él nace un universo. El Espíritu se constituye en tiempo.
El Espíritu eterno y único, basado en los conceptos de tiempo y singularidad, se constituye en ambos. Big Bang.
En ese momento, ya momento temporal, solo rigen las leyes de la Teoría Cuántica. El universo nuevo es un plasma de partículas. En ese momento reina el caos, es incierto cual será el orden subsiguiente, lo relativo no existe, sus leyes no existen todavía. En ese momento debería haber todavía un nexo primigenio puro con el Espíritu-Eterno, el Santo Grial, el “eslabón perdido” de la Creación. La ciencia lo busca muy seriamente.
Hemos dicho otras veces en este sitio que el propósito de la Creación es la obtención de la consciencia del yo mediante la vida. Como muy bien sabemos nosotros, esa conciencia se obtiene con la vida. Todos los seres vivos del universo la desarrollan en mayor o menor medida. Obtener esto es la razón por la que estamos metidos en esto sin haberlo solicitado. Pero la vida solamente se consigue en el orden de las leyes de la relatividad, sin ellas nada tendría sentido.
Si encontramos, en ese salto cuántico primigenio de la Creación, ese nexo original, ese “eslabón perdido”, y llegamos a comprender su “mecánica”; ¿funcionará en ambas direcciones? Quiero decir: ¡Una especie de ingeniería inversa de la Creación! ¿Llevar la consciencia de la vida obtenida en el mundo de la Relatividad General hasta la Eternidad? Después de todo eso es lo que siempre hemos querido hacer.
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