La Creación Primaria (la creación del concepto abstracto del tiempo) no es un acto, no es un evento, no es un hecho puntual, pues ocurre en eternidad, fuera del tiempo, sin tiempo. O sea no ocurre, ocurrió, siempre ocurre, siempre ocurrirá. Es el espíritu en eternidad.
¿Esto se ajusta al concepto de “divinidad”?
En esta condición de eternidad, como siempre vemos, las causas y los efectos son estáticos y equivalentes; no implican orden cronológico, el cual no existe por supuesto. No tenemos forma de entender las dimensiones de la eternidad.
No tenemos en los idiomas humanos palabras adecuadas para referirnos a lo que “existe” en eternidad. Nuestros cerebros, que son nuestras únicas armas, son incapaces de procesar adecuadamente supuestos eternos. Tenemos serias dificultades para referirnos a cosas intemporales y a imaginarlas.
El espíritu eterno se constituye en tiempo originando el universo temporal debido a la Voluntad (la escribiremos con mayúscula). La Voluntad también eterna y en eternidad, es una voluntad sin potencia volitiva. Una voluntad sin dueño, abstracta y conceptual; por consiguiente santa. La Voluntad también se constituye y pasa a ser fundación estructural del universo temporal, una con el espíritu. Ella rige la dirección de la creación en la búsqueda del objetivo, del propósito: la consciencia. El universo crea vida y la vida consciencia.
Voluntad no es una palabra intemporal adecuada para describir esta substancia de la eternidad integral con un espíritu eterno, “divino”, en explosión al constituirse en tiempo, generar espacio y movimiento.
Es una voluntad sin potencia volitiva que contiene el “código genético” de la creación. Como es abajo es arriba. Ella gobierna con la misma facilidad la danza gravitatoria de las galaxias que la mecánica de los átomos en la materia o la cotidianidad infinitesimal de nuestras vidas.
El sentido de la vida estaría ligado a las sutiles manifestaciones de ella en nuestro entorno. Lo infinitesimal es igual a lo infinito.
El concepto general implica que el espíritu se constituyó, en el punto de la singularidad, en tiempo, luego espacio, luego movimiento. Nada más existe en el universo temporal. Entonces la última partícula subatómica será espiritual. Esto incluye los átomos de nuestros cuerpos.
Podríamos decir que el universo que vemos no existe en realidad, sino fuera porque está hecho de espíritu, que si existe.