jueves, 17 de noviembre de 2011

El Buenandro

Otro día, en privado, Hugo el Anticristo, le manifestó al Profeta: -Verás, señor, debemos regresar al primer instante de la creación, cuando el espíritu eterno, desde y en eternidad, se constituye. Se constituye en tiempo y, con tiempo, en todo lo demás. Pero, se nos escapa un detalle: Esta mecánica “espíritu-cuántica” ha servido para traer desde la eternidad el concepto abstracto de tiempo y hacerlo real y concreto. ¿No servirá también en reversa? Es decir, como vía desde la temporalidad a la eternidad y, de regreso-. -¿Pero que dices?¡Galimatías!-. -Guerras, pandemia, cataclismos y todo eso son juegos de niños, tonterías; Apocalipsis es este, una aniquilación divina total y metafísica-. -No quiero y no seré parte de esto que dices. Si fuera verdad, que si puede ser, es cosa tuya Anticristo, no cuentes conmigo-. Otro día, en una rara salida, su esposa lo depositó en una mesa de un café en el centro comercial. El estaba contento de haber salido, allí todos los conocían, se sentía seguro. Pidió un café y una cerveza, se relajó. De repente el Anticristo confeso estaba sentado frente a él en la mesa. -¡Va de retro!-. El viejo temblaba de rabia. -¡Vete ya!¡No tengo nada contigo!¡Fuera!-. La Bestia permaneció inmutable, solo dijo en voz baja: -El universo es finito, existe una frontera física que separa al universo temporal de la eternidad. El tiempo adentro y el no-tiempo afuera. ¿Capito? Si llegas a la frontera y la cruzas estarás allá, si te devuelves estarás aquí-. -Estabas gritando y hablando solo como un loco, dijiste que veías al diablo. ¡Ahora si es verdad que se llenó esta isla de locos! ¡Tenías la mirada birola!- -Déjame en la iglesia, no la conozco, en todos estos años no he entrado nunca, por favor-. -Te dejo ahí en la silla de ruedas, no inventes. Voy a comprar cigarros y te vengo a buscar. A ver si te saca al diablo-. Las iglesias y todo tipo de templo son como pilas, como baterías que acumulan energía espiritual que ha sido generada por la actividad consciente de las personas. Las personas van a los templos precisamente a eso. Esa energía puede ser utilizada, como cualquier otra forma de energía. La tarde estaba fresca y afuera se estaba organizando un crepúsculo espectacular. De pronto apareció el cura párroco. -¿Está bien señor?¿Puedo ayudarle en algo?-. -Por favor. ¿Puede empujarme hasta el banco afuera para ver el atardecer hasta que vengan a buscarme?-. Y el cura lo llevó. -¿Padre, puedo hacerle una pregunta?¿Usted tiene fe?-. -Hijo, no se puede vivir sin fe. La fe es un sitio muy cómodo donde refugiarse cuando se cierran todos los caminos-. Lo dejó en el banco de la plaza bajo un árbol. Soplaba una brisa fresca que olía a mar y pescado. Algo llamó su atención, cuando volteó a ver, vio una figura humana en la puerta de la iglesia llevando una túnica de lana imposible en el clima de Margarita. Era El Hombre, no lo veía desde la otra flecha de tiempo. Miraba con mirada perdida fijo al mar. La brisa parecía no tocar su cabello negro. En un instante la figura humana se convirtió en una bola que flotaba en el aire, llena de luces, relámpagos y destellos de todos los colores posibles. La bola comenzó a reducirse vertiginosamente y los destellos se hicieron más intensos. Los colores fueron variando de muchísimos a blanco. Se hizo del tamaño de una pelota de ping-pong, luego como una monedita. La última milésima de nano-segundo fue un destello blanco deslumbrante, tan blanco y tan fuerte que opacó la realidad. Solo un instante hubo luz blanca, luego la realidad. -¿Viste?- dijo el Anticristo desde el asiento trasero. -¡Hugo!¿Que haces tu aquí?-. -Que si viste-. -¿Que?-. -La luz, bobo-. -¿Con quien hablas?- dijo ella desde el asiento del conductor. -Con Hugo el Anticristo-. -No veo a nadie-. -Es que Hugo es un Anticristo virtual, ahora lo ves, ahora no-. -Esta isla está llena de locos-. dijo ella. -Y yo el primero- dijo el Anticristo moviendo la cabeza en negación. -¿Dices que Hugo vio la luz?-. -Calla mujer-. Ya estaban llegando al edificio cuando una moto con dos malandros se les puso al lado. El parrillero, armado con una pistola gigantesca, golpeó con la cacha la ventana del conductor, que era su Excelencia Serenísima, ordenando que se bajara el cristal. - Esto es un atraco, las carteras, los relojes, los blackberry, y el de atrás los botones, la cadena, las yuntas, dale, dale rápido, muevan el culo-. -¡Mátalo, mátalo!- dijo el de adelante. -Mijo yo puedo ser tu madre. ¿Tu no tienes madre?- dijo su Excelencia. -Dame pa matala- dijo el que manejaba la motocicleta. En eso vieron el bastón con el caballito de oro. -Dame el caballo- dijo el malandro, poniendo la pistola en la cara del Anticristo. -¡El bastón no!- se negó Hugo. -Coño quemalo guevón!-. El malandro arrancó el bastón agarrándolo por el caballo y de inmediato se convirtió en una estatua de mierda. -¡Coño mierda! ¡Quítenmelo, fo, asco, mierda!-. El otro malandro cayó aparatosamente al suelo con moto y todo embadurnado de excremento. -Entra ya-. Dijo el profeta con gran serenidad.-Olvídate de esos-. -¡Espera!- El Anticristo recuperó su bastón, tomándolo con asco con un pañuelo perfumado. -¿Que fue eso Hugo?- preguntó el viejo. - El caballo es una de las cuatro monturas de los cuatro jinetes, solo puede tratar con la maldad. El pobre muchacho se convirtió en mierda al tocarlo porque no había maldad en su corazón, atracaba por necesidad, era un buenandro-. El viejo ya harto del cuento del Apocalipsis y de ser Profeta de lo que no entendía, cerró con fuerza la puerta de su habitación, pero dejó la luz prendida, contrario a lo acostumbrado. Tantos acontecimientos el mismo día y tan bizarros habían derramado el vaso de paciencia. Las señales estaban por todas partes. Para escapar a la confusión se dejó llevar por un pequeño golpe de luz, una pequeña epifanía. Una pequeña alegría en un concierto patético. No es necesario batirse en angustias y dudas sobre si la consciencia individual, que reside en el cerebro vivo, sobrevive a la muerte. No, la luz blanca era el omega del proceso. La consciencia se genera y reside en el cerebro vivo, en la interacción de sus neuronas, grupos de neuronas; ellas están formadas fundamentalmente por átomos y los átomos por sus partículas de materia-energía En esas partículas está la información que constituye la consciencia. Esas partículas se pueden replicar en otras partículas, sin importar distancias, ni espaciales ni temporales. Enlazadas por siempre, “entangled”, a través del universo y puede que más allá. Esto es un hecho científico. Nuestra consciencia puede estar ya difuminada por el universo, quizás más allá, antes de nuestra muerte. Es un enfoque cuántico, físico, fundamental. Igual puede suceder en sentido contrario. La Voluntad impersonal que lleva el propósito de la creación se difunde de esta forma por el universo y rige intrínsecamente su devenir y la emergencia de la consciencia, que es precisamente el propósito de la creación. El viejo Profeta se sentía muy cansado pero feliz. Después de tantos años de vida y tanto julepe recibido, quizá se le presentaba la oportunidad de realizarse de forma total. Si voy a ser Profeta lo seré según yo creo, esa es obviamente la Voluntad y, al que no le guste, que lo tome con filosofía.