lunes, 14 de septiembre de 2009

La Ventana








Les cuento:




















Esta semana ha sido muy interesante, se han visto muchas cosas. La semana empezó un Lunes, como siempre, pero este Lunes en particular, a mí se me ocurrió ponerme a leer la Biblia, así con mayúscula, y como es muy larga, empecé por el principio: El Génesis. ¡Aprendí muchas cosas! Tantas que no puedo contarlas todas. Por ejemplo, aprendí que Abram fue el primer proxeneta. Si no me creen, lean Génesis del 12.9 al 12.20, es corto, porque lo que es el Génesis completo no recomiendo que lo lean en casa estando solos. Para hacer una historia corta, Abram y su entourage entraron a Egipto huyendo del hambre. Abram estaba casado con su mujer (en esa época no había matrimonios homosexuales). Saray, que así se llamaba, era muy bella, por eso, como verán en la Biblia, Abram tuvo miedo, quizás con razón, y le habló. - No digas ni de vaina que eres mi esposa, porque estos egipcios son muy dañados. Di que eres mi hermana-. Sucede que en verdad eran esposos y hermanos verdaderos (medio hermanos) así que no mentían.
















Abram se hizo el loco, hasta que por fin cayó el Faraón mesmo. El Faraón se casó con Saray y tan orondo. En eso Yavé pasó por ahí, de mal humor como siempre, porque nadie nunca le hace caso. Pues cogió un "cabreo" de padre y señor mío, valga la redundancia. No solamente por la bigamia, sino porque con el cuento, Abram se había hecho rico a costa del erario público. Abram acababa de inventar la chulería. Por eso Abram también puede ser considerado como el primer chavista.
















Yavé hizo lo que hace siempre cuando se frustra: plagas y esas cosas. Total, el Faraón expulsó a Abram y su gente, incluyendo a Saray. Esta es una antigua costumbre egipcia que se conserva hasta nuestros días.





Aclaratoria: Más adelante en el Génesis, Yavé le cambia el nombre a Abram y a Saray. Les puso, Abraham y Sara, se entiende por qué. Esto decretó la circuncisión definitiva de Abram.





Palabra de Dios.










Hablando de Yavé, la semana también comenzó con la llegada de aquél que te conté, llegó orondo como el Faraón con Saray. Nada más llegar, la tierra tembló, con inundaciones y granizo, el Guaire no se puso rojo, pero se puso marrón, más que de costumbre. El comandante soltó desde el balcón del pueblo, en clara e inteligible voz, por televisión y en cadena, la siguiente perla. - ¿Quien puede hacer un viaje de estos sin gastar dinero?-. Naiden, mi comandante, naiden.
















Por cierto, viene Gadaffi, si, como suena, aquí a Margarita. ¡Con veinte presidentes africanos! Creo que será una buena oportunidad para leer los libros del Pentatéuco completos. También el Libro de Job me llama la atención.




















Pero entremos en materia:
















Mirando el mar por mi ventana, me he dado cuenta de que soy y no soy ateo al mismo tiempo. Por una parte los ateos son los campeones de lo obvio, por la otra, los creyentes son muy tercos. Ateísmo y fe son dos conceptos iguales y distintos verdaderamente, es lo que se llama un misterio. Como los misterios vienen en tríos, me falta una pieza. Prometo seguir mirando por la ventana hasta encontrarla.















También ocurre que he desarrollado una cosmogonía mía (suena bien), o por lo menos eso creo. Eso de la resignación, aquello de "hágase tu voluntad" raya en el pecado. A la Voluntad, así, con mayúscula, uno no se resigna, más bien uno debe armonizar con ella. La Voluntad impersonal a que me refiero no es de nadie, no hay potencia volutiva, ella (la Voluntad) impregna todo el universo con algún propósito, oponerse es desarmonizar, desarmonizar es sufrir. Prometo seguir mirando por la ventana hasta descubrir el referido propósito.















Me refiero al propósito de la creación. Vamos a ver. ¿Por qué carajo una Voluntad, así, con mayúscula, va a intentar la creación? ¡Con el riesgo que implica! Y con las consecuencias que indudablemente ha tenido y tendrá. Piensen detenidamente en eso. No como, no quien, sino ¿por qué? Imaginen que están en la eternidad, no necesitan nada, nada se mueve, nadie molesta, se supone que eres todopoderoso, el tiempo no existe. ¿Por qué te vas a poner a crear un (o unos) universo temporal físico? ¿Ah?. Tiene que haber algo que no tengas, tiene que haber algo que necesites. Esto implica algo terrible y demoledor: En realidad no eres todopoderoso, porque si lo fueras no necesitarías nada. Si tu procedes a la Creación, todo lo que suceda será tu responsabilidad, pues si estás en eternidad, todo lo que va a suceder, ya sucedió. No tienes excusa. Tu motivo ha de ser muy, muy, poderoso.
















Por supuesto que voy a continuar mirando por la ventana hasta descubrir este propósito de la Creación. Este sería el sentido de la vida. Es decir, el propósito "divino" de la creación, sería el sentido de la vida. Ya no tendrán que subir una montaña para preguntarle a un viejo con barba. Aunque les adelanto que ya tengo una idea, pero me la voy a guardar por el momento, para pulirla un poco, y para crear espectativa. Es un consejo que me ha dado Saulo, y él sabe mucho de estas cosas.

































¡INTERRUMPIMOS LA REDACCIÓN POR UN SERVICIO PUBLICO!
















La isla está siendo tomada militarmente. Tanquetas en los sitios estratégicos. Efectivos desplegados por todas partes. Helicópteros sobrevuelan la isla. Las empanaderas han sido desplazadas de sus sitios acostumbrados. Los amanecidos están siendo recogidos a las puertas de las discotecas. ¡Están limpiando las calles! ¡Vienen los africanos! ¡Vienen los africanos! ¡A comprar desodorizador! ¿Donde pondrá su tienda Gadaffi? ¿Donde pastarán sus camellos? Los turistas huyen incrédulos. Seguiremos informando. (si no nos cierran)

































Vale... que significa adiós en latín.