domingo, 25 de octubre de 2009

La sucursal del infierno




Acabo de regresar de Caracas donde estuve cuatro días. Vengo alarmado por el efecto negativo que produce en mí, mi ciudad natal. No existe ninguna razón especial, allá estoy rodeado de familia, prácticamente no salgo de mi casa, tengo quien me haga las diligencias y yo solo arreglo las cosas por teléfono. Cuando subo del aeropuerto procuro no ver demasiado por la ventana para no horrorizarme con lo que se ve; no veo televisión, en todo caso la misma que aquí tampoco veo, no hablo de política y lo único que contemplo son las alturas de la Silla de Caracas, que es uno de mis paisajes favoritos. ¿Entonces que es lo que pasa? La sola aproximación del avión en Maiquetía me produce algo que solo puedo comparar (si es que en verdad no lo es) con un brote de EM. ¿Psicológico? ¡Claro que si! Lo que me mata, señores, es el recuerdo de la ciudad en que nací y crecí y que ya no existe.


Una ciudad se supone que cambiará con el tiempo, la población crecerá, los medios de transporte evolucionan, las modas cambian, etc. Pero este no es un cambio, es una tragedia. Ha cambiado la infraestructura, de forma desastrosa, pero aquí ha cambiado la gente. Lo que se dice el caraqueño ya no existe más. Pululan por el más enervante caos urbano, unos seres, aparentemente humanos, completamente enajenados. Los pecados capitales reinan: ira, envidia, pereza, avaricia, lujuria, resentimiento, lo que usted quiera. Es una ciudad poseída totalmente por una potencia maligna. Yo lo siento con toda claridad en mi sistema y equilibrio neurológico.


No quiere decir que no se encuentren bolsones de humanidad, que si los hay, pero esto solo aumenta la desesperanza al ver lo aislados y menospreciados que están.



Podría extenderme y elaborar sobre este punto, pero no tengo ganas, el efecto caracas (así con minúscula) no se me ha pasado todavía.


Hacen falta tres o cuatro días para coger mínimo y enjuagar las lágrimas.


Así que gracias por leer una vez más, y como dicen en el llano: perdonen lo malo.






Vale

1 comentario:

L u l ü dijo...

Muy interesante tu blog

Las fotografias que elijes son estupendas

Este articulo en particulas parecia que describias a la que fue y ya no es: mi Cd de Mexico a la que prefiero recordar como era y ya no es.....

Saludos desde Tijuana

www.perrifamilia.blogspot.com/